La verdad sobre el ateísmo satánico

La verdad sobre el ateísmo satánico

Felipe Pérez Martí

12 de Octubre de 2023.


Hola, todos. Como les había dicho, hay una persona joven, estudiante, en la Venezuela-zuela que es atea, apoya al Estado Profundo, con su agenda woke y gay, la guerra en Ucrania y a María Corina Machado, quien comentó lo que envío abajo:

https://www.quehacer.wiki/wiki/Se_acerca_la_liberaci%C3%B3n_para_Venezuela_y_el_mundo._El_elector_va_a_ser_Dios_mismo


Como verán en sus afirmaciones, que paso abajo (se las envié antes), afirma que la Biblia es un conjunto de historias inventadas por los judíos, para justificar sus matanzas a pueblos vecinos. Que si fueran ciertas, Dios sería malvado. La conclusión es que Dios no existe. Ahora hago mis comentarios prometidos. Como dije, sus argumentos parten de supuestos falsos, que ahora analizo con algún detalle pues llegó la hora de la verdad en estos tiempos apocalípticos.


1. El tema de la existencia del mundo espiritual y de Dios

Se afirma que es fácil ser ateo. Ya se había afirmado que solo lo racional y lo material existen, y que la ciencia debería ser nuestra guía sobre la verdad. Más allá de la ciencia y la razón está el fanatismo religioso, según eso, que tiene una explicación por intereses sociales o personales.

Si fuera verdad que la realidad espiritual no existiera, esos comentarios podrían empezar a considerarse como interesantes, pues implicarían el uso de un dios inventado por un pueblo contra sus enemigos, y los reyes para afianzarse en el poder frente a su propio pueblo. Todas esas historias bíblicas del antiguo testamento tienen una razón de ser, como comentaré luego por explicación del Padre Javier Luzón, famoso exorcista, de cuyas obras y sermones les he hablado aquí. Tienen en cuenta no solo el mal en los otros pueblos, sino en el propio pueblo israelí, y en sus reyes. Y la historia de la salvación humana, que resumiremos, aprovechando que estamos en tiempos apocalípticos, en que el reino del diablo se ha exacerbado como nunca, pero pronto le llega su fin. Morirán unos seis mil millones de personas, muchas más que cuando Noé. Pero no por culpa de Dios, como veremos.

Pero volviendo al supuesto sobre el cual se basa todo el argumento, de que lo espiritual, y el mismo Dios, no existen, hay una prueba sencilla de que es erróneo. Y comprobado por lo racional y la ciencia, pilares sobre los cuales se pretende basar la argumentación. La prueba tiene que ver con que la realidad de los milagros es incontestable. Es irracional no tener en cuenta esa evidencia empírica y el hecho de que las comisiones científicas, en cada caso de canonización de un santo, por ejemplo son fuera de toda duda: esos hechos no tienen una explicación natural. Recordemos el proceso de beatificación de José Gregorio Hernández, que a mí mismo me hizo un milagro, por cierto, que he comentado por aquí. Un ejemplo que vale la pena detallar es el milagro que sirvió para beatificar a Carlo Acutis, el joven italiano tan famoso en estos días. No hay medios naturales por los cuales un niño que tiene una malformación congénita del páncreas, temiendo por su vida, vea que en un solo instante sus tejidos se regeneran completamente, luego de pedir un milagro a Carlo Acutis en presencia de una reliquia suya. Y así innumerables más, algunos de los cuales incluyen las resurrecciones. Personas que ya estaban muertas, certificadas por muertos, volvieron a la vida luego de que un sacerdote católico o un sanador evangélico orara por ellas. Son hechos más allá de lo natural, certificados como tales por la ciencia, basada en la razón y le evidencia empírica constatable públicamente.

Pero tampoco se pueden negar la efectividad de los hechizos, el poder de la nigromancia. Son hechos comprobables también. Y están también más allá de lo natural.

Así que la realidad espiritual existe. De hecho, si profundizáramos, para lo cual no tenemos tiempo aquí, lo espiritual es la realidad más importante. De lejos. El mundo material que vemos es solo un reflejo del espiritual. En todo caso, esto apunta a que Dios existe y Satanás también.

Como un paréntesis, los milagros es también lo que permite saber que Jesús era el Mesías anunciado en la Biblia. Y por tanto que el Reino de Dios estaba establecido. Jesús dijo cuando Juan mandó a preguntar si era el Mesías (Mt 7:4s):

«Vayan y cuéntenle a Juan lo que ustedes están oyendo y viendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres. ¡Y dichoso aquél para quien yo no sea motivo de escándalo!»

No solo la existencia de Dios, como ya habrán intuido, sino la del diablo, es lo que nos va a permitir explicar lo aparentemente inexplicable sobre el tema de las historias del antiguo testamento, y la del nuevo, el sacrificio de Jesús. También lo que ha ocurrido posteriormente y lo que viene en camino: el apocalipsis en su fase actual, llamada por los católicos “fin de una era” y “comienzo de la era de paz” luego de ella. En fin, el mal existe, eso sí es cierto en la crítica atea a la biblia. Pero no se debe a Dios, como veremos, sino al diablo. Y a la influencia del diablo en los humanos. Dios es infinitamente bondadoso, además de misericordioso, como veremos. En parte por eso los humanos se desvían de su Voluntad, pues los creó con libre albedrío, el ingrediente principal de la historia y también de la interpretación de la historia: con eso la falsa historia presentada en la crítica comentada se cae por sí sola.

2. El Dios cristiano es personal, a diferencia de los dioses del budismo, taoísmo o las deidades de la Nueva Era

Fijémonos que se trata de un Dios personal, que se ocupa de cada uno de nosotros. Nuestras necesidades. No es un Dios al que hay que ascender, dependiendo solo de nuestro esfuerzo. Es un Dios que baja a nosotros, a nuestra pequeñez, para elevarnos hacia arriba, desde abajo. Es el Dios en que creemos los cristianos. ¿Podría haber otros? Sería contradictorio con la noción (y la realidad) de que es todopoderoso. ¿Que hay otras entidades más allá de lo natural que actúan como dioses? Es cierto. Pero no pueden ser El Dios. Hay que buscar la respuesta en otro lado. Y es que hay ángeles, que son creaturas de Dios, así como los humanos y todo lo demás. Tema interesante. No solo han sido revelados en la biblia. Han sido observados, también, con evidencia testimonial y evidencia de resultado empíricos de hechos más allá de lo natural. Pero hay ángeles buenos y ángeles malos. No tienen parte corpórea, como los humanos, que tienen parte espiritual también, sino que son solo espirituales. Y tienen voluntad propia, pues son hijos de Dios con libre albedrío. Por lo tanto, así como lo pueden hacer los humanos, se pueden rebelar contra su Padre, su Creador. Es lo que pasó con los ángeles malos, sin entrar en detalles aquí. Que por soberbia se rebelaron y siempre han querido ser dioses. Es la explicación de otros “dioses” que se observan en otras religiones. Todo un tema, del cual los exorcistas son expertos, tanto en la práctica, como en la teoría. Es el caso del P. Javier Luzón. De estas cosas de los poderes más allá de lo natural de los ángeles les he hablado en la Venezuela-zuela, comentando las enseñanzas de ese famoso exorcista, cuyo libro Las Seis Puertas del Enemigo ha dado la vuelta al mundo, por ser el primer manual del llamado “ministerio de liberación” (de los demonios y sus influencias), entendible por laicos también, no solo por expertos en la materia.

Volviendo al tema de si Dios existe, dentro de la corriente que lo niega, el ateísmo, podríamos hablar largo de esto, pero he notado que hay un ateísmo que podríamos calificar como bueno, además del malo que estamos describiendo. El bueno es el que se da en personas que no han profundizado en el tema de Dios, no se preocupan por eso, pero tienen buen corazón y hacen obras buenas. El malo realmente es satánico, pues Satanás, el ángel malo regente de todos los demonios, no quiere que se crea que Dios existe, lo cual perjudica su tarea, que consiste en destruir la obra de Dios, sobre todo los humanos. De hecho, de manera relacionada, como podremos imaginar, tampoco quiere que se crea que él existe. Por ese mismo objetivo, normalmente se dedica, con mucho odio y cinismo, a atacar al cristianismo. En este caso la biblia y la naturaleza divina de Jesús.

3. La religión del ateísmo satánico: Dios es malo porque no evita el mal

Para el comentado ataque al cristianismo se parte de otro supuesto igualmente falso, como el primero: Que Dios, si existe, debería actuar desde arriba, por lo omnipotente que es. Según esta teoría, sería un mal acto de parte de Dios si dejara que una persona, que se ha lanzado de un séptimo piso, se matara al caer al pavimento. Si Dios fuera bueno, pues, no debería dejar que las leyes naturales, en este caso de la ley de gravedad, se cumpliera. Otro ejemplo, en este caso de leyes espirituales, es la del mandamiento de no matarás: Dios, según esta falsa teoría, debería evitar que una persona mate a otra. O no podría permitir que una madre abortara a un bebé. O debería evitar que un mal gobierno, como en Venezuela, matara de hambre a millones de personas. Y así sucesivamente. Tiene su atractivo, claro, y se basa en que, más allá del daño que una persona se hace a sí misma, que quizá podría tener justificación, esa persona no debería poder dañar a un inocente. Es lo que está detrás d e la crítica a las muertes de niños y otros inocentes cuando viene lo que se llama un “castigo” de Dios en el antiguo testamento (y en la realidad actual). Hay muchas modalidades en que los inocentes pueden ser víctimas de quienes transgreden las leyes de Dios usando su libre albedrío. Un ejemplo a propósito de la crítica hecha son los hijos de una familia que se dedica a actividades malignas, como en Sodoma y Gomorra. Los niños sufrirán, pero no por su culpa, sino por la de sus padres. Y estos probablente por la responsabilidad de sus antepasados, y del contexto social en que se mueven, en que la perversión reina. Dios es el Juez en cada caso.

Si Dios fuera bueno, pues, debería resolverle los problemas a los humanos. Incluso si se portan mal. Si una persona se vuelve adicta a la pornografía, debería dejarla disfrutar. O si come demasiados carbohidratos, azúcares, no debería permitir que engorde. O, como los hombres tienen un “punto G” en el ano, como esta misma persona que critica la biblia argumenta, Dios debería dejar que disfrutara de sexo con otro hombre. Cosas así. Que no haya malas consecuencias.

El problema es que si Dios existe, y es infinitamente bondadoso, nos creó como sus hijos. A su imagen y semejanza. Por lo cual, el libre albedrío forma parte de nuestra naturaleza, como habíamos mencionado introductoriamente. Hasta sus últimas consecuencias. ¿Es bueno Dios si permite que afrontemos las consecuencias de nuestros actos? ¿O es malo si permite que seamos libres? Como esta falsa crítica viene en realidad del diablo, es claro que, sea lo que haga Dios, va a ser criticado por él y sus voceros.

Hay un tercer supuesto falso en la crítica comentada. El de que solo tenemos esta vida terrenal. Si Dios ese infinitamente bondadoso, y nos hizo a su imagen y semejanza, no tiene sentido que nos hiciera mortales. Nuestro espíritu vive infinitamente. De hecho, de acuerdo a la lógica de la creación humana, ,también nuestro cuerpo vivía para siempre. Sin entrar en ese tema tan interesante, concentremos la atención a la vida eterna de nuestra alma. Es en este contexto que tiene sentido mucho de lo que pasa en esta vida. Los inocentes serán juzgados como tales en la vida eterna. No es que Dios deje que sus asesinos, o sus padres irresponsables, determinen qué va a pasar con ellos en la otra vida. Los malos irán al infierno. Los buenos al cielo, y quienes tengan un alma buena, pero imperfecta, pasarán por el purgatorio, un período en que limpiarán sus impurezas. Tema interesante también.

Es interesante este tema también en lo político: Por lo dicho se ve claramente que también falso que Dios es un mesías político, que resuelve desde arriba los problemas de los ciudadanos en un país. El mesianismo de Dios, y su reino, consiste en gobernar a través de los humanos buenos. Su papel es iluminarnos sobre el bien y el mal, sobre las leyes naturales, sociales y espirituales, para que, respetándolas, nos vaya bien. Si las irrespetamos, nos irá mal, como en el caso de los ejemplos mencionados de la ley de gravedad al caer de un alto piso, o la degeneración sexual o alimentaria, al no usar bien los deseos y los placeres naturales para la reproducción o la manutención. O el caso de las leyes sociales: Si no se respeta la democracia (y con eso se irrespeta el libre albedrío de cada persona, y de la “familia” que debe decidir, la de todas las personas en los actos de decisión social), entonces se habrá transgredido una ley de Dios para lo social. Por tanto, se pagarán las consecuencias, tarde o temprano, de una manera o de otra.

La religión del ateísmo satánico no ve la realidad como es, y juzga las cosas somo si fuéramos animales. Y culpa a Dios, además, por los males del mundo. En realidad sabe que existe. Y sabe que la culpa es de Satanás y demás demonios. Pero culpa a Dios de sus responsabilidades. No tenemos tiempo aquí para analizar esto con profundidad, pero es un buen tema de investigación planteado en la doctrina cristiana y católica en particular, con tantos expertos en la materia. Personalmente soy solo un aficionado. Pero no me dejo engañar por las trampas caza-bobo del maligno en estas cosas tan gruesas que hemos venido tratando.


4. La religión del ateísmo satánico: el sacrificio de Jesús y el mesianismo “verdadero” del Anticristo

En fin. En ese mismo orden de ideas, la venida de Dios para salvar al mundo, encarnado como Jesús, también tiene todo el sentido del mundo: se negó a que lo ungieran rey terrenal por lo mismo. Luego de que hiciera milagros, como la multiplicación de los peces y los panes, querían nombrarlo rey. No solo no aceptó, sino que les dijo: pronto me matarán en una cruz. Hasta los apóstoles se escandalizaron, así que es entendible la ridiculización que hace el ateísmo satánico de la muerte de Jesús, el Hombre-Dios. Es de hacer notar que la negativa a ser rey, y mucho menos la muerte, especialmente en la forma más denigrante de la época, tampoco la entendió Judas, el traidor, quien tenía tiempo que estaba poseído por el maligno.

Entender eso no es fácil, pues, por lo cual hay que entender a quienes no lo entienden con buena intención (en este caso no hay buena intención, como veremos). Entenderlo requirió la iluminación de conciencia del Espíritu Santo, luego de la resurrección de Jesús. Y tiene que ver con la existencia de los ángeles del mal, los demonios. Y con su influencia sobre los humanos. Y las malas decisiones de los humanos y la manera de redimirse.

En primer lugar, Jesús nos quiso enseñar que podemos ayudar a quienes se han ido por el camino equivocado, de las transgresiones de las leyes mencionadas. Es como en economía: podemos trabajar, con esfuerzo, para producir. Y dar lo producido no solo para mantenernos, por alimentación, vestido y cobijo. Sino para otros, necesitados, que no pueden alimentarse a sí mismos. Por ejemplo porque estamos en un sistema político injusto que impide las oportunidades para esos desvalidos. No es siguiera culpa de ellos que estén pasando hambre. Ese esfuerzo adicional al que necesitamos para nuestro propio alimento y el de nuestra familia es el que se llama “sacrificio”. Y qué lo motiva? El amor verdadero. Nuestra piedad, por ellos. Nuestra caridad.

El caso de Jesús hay que entenderlo así: como un sacrificio. Pero supremo, pues los desvalidos, necesitados de alimento espiritual, no solo físico como en ese ejemplo, son muchísimos. Y para atrás y para adelante en la historia. Así que imaginamos lo que se requiere de esfuerzo productivo. Es de recalcar que Su sacrificio es tan poderoso que actúa hacia adelante también. Y sana las heridas que nos vienen d e las generaciones pasadas. Por las faltas de nuestros ancestros. Todo un tema muy profundo, que se trata en teología. Pero que tiene sentido, teniendo en cuenta lo que hemos dicho, en particular que el mundo espiritual existe, y que las herencias malas (como las buenas) existen. Y que pueden ser sanadas. Y que, por cierto, existen lo que se llama “almas víctimas”: no solo Jesús se sacrificó por muchos. Es claro que, si se trata de Dios haciendo el esfuerzo, debe ser entendido como completo: no puede quedarse a medias si es justo: todos los necesitados deben ser cubiertos con Su esfuerzo. Alguien podría pensar que a veces todas las necesidades no pueden ser cubiertas con un esfuerzo productivo si no hay suficiente fuerza en este último. En el caso de Dios no hay problema en principio, pues su fuerza disponible es infinita, ya que Él es Todopoderoso. Pero en este sentido hay algo curioso: Hay santos que han aceptado participar en esa redención mediante sus sacrificios, como el Padre Pío, quien tuvo los estigmas de la cruz de Jesús. Y muchos otros, como María Esperanza, la Sierva de Dios venezolana. Pero en realidad no solo los santos notables pueden participar. Sino que cualquiera de nosotros puede hacerlo. Con pequeños granos de arena. Tiene sentido, pues la idea es que somos “un solo cuerpo”: una sola comunidad. Una sola entidad social-espiritual. María, la madre de Jesús (y madre nuestra) ha jugado un papel muy especial en esta materia, como se sabe bien no solo en Teología, sino en la práctica: el esfuerzo que ha hecho por salvar a unos cuantos es absolutamente notable. Tan es así, que ayuda a todos. En particular si se lo piden, pero incluso si no se lo piden. Pues una madre se ocupa de sus hijos en necesidad, incluso si esos hijos no se lo piden. Incluso si son ingratos (como en el caso de Jesús: la gran mayoría, diría yo, son ingratos, a pesar de lo cual, Él los ayuda).

Hay un aspecto muy importante en el gesto amoroso del “trabajo, con esfuerzo, para producir” y dar a otros. En otras palabras, el “sacrificio”: no es que Dios decida dar de comer al hambriento sin que haya trabajo. Si no trabaja el hambriento, alguien tiene que trabajar para dárselo. No es que Dios va a fomentar la pereza (la flojera, como decimos los venezolanos) y a establecer el “free luch” (almuerzo gratis). Hasta los pájaros del campo buscan las semillas para comer. Así nos hizo. Hubiera sido algo feo para nosotros, que nos hubiera hecho perezosos. Nos quiso fabricar como Él es: Él es creador. Y nosotros somos co-creadores. Nuestro trabajo, crea cosas. Crea alimentos, cobijo. Nos sentimos orgullosos de ser hijos de Tal Padre. La justicia de Dios, combinada con su amor misericordioso, tiene en cuenta que alguna gente está impedido de trabajar, porque está lisiado en alguna proporción, por faltas propias o ajenas. Por otro lado, hay gente que produce suficiente, pero esa producción es expropiada por otros. Esas partes faltantes Jesús las cubre. En esta vida o en la otra. Y los demás humanos colaboramos, si tenemos amor. Es bueno hacer notar que el diablo quiere lisiar a la gente, o quitarle lo que tiene, no para obtenerlo él, sino para dañar a las personas, y para intentar dañar a Dios con eso. El objetivo de Dios es restituir nuestra condición primigenia. El del diablo destruirla y empeorarla.

Y aprovecho para desenmascarar el satanismo de este ateísmo. El falso mesías, el Anticristo, promete hacer eso, del Dios falso, al que atacan los ateos: solucionar los problemas de la gente, desde arriba, sin tener en cuenta los temas de justicia y misericordia. Es para ganarse el puesto de dios verdadero: compitiendo por imagen con Dios. Pero al fin y al cabo para que, una vez que la gente crea en él, infligirles daño. Como con el anzuelo del pescador: le ofrece una carnada al pez, para que disfrute comiéndola. Pero el objetivo no es alimentarlo, sino comérselo una vez engañado. El verdadero Mesías resuelve los problemas empoderando a los ciudadanos, los humanos, para se resuelvan sus propios problemas. Y nos dio el ejemplo supremo, con el acto de trabajo supremo, la muerte en la cruz.

En resumen, hay que trabajar. Por sí mismo. Y por los demás. Sacrificarse, pues. En este contexto es que se puede interpretar mejor la historia de Job, con consideraciones adicionales en el mismo sentido.

Es bueno poner de relieve lo que ha estado implícito sobre la muerte de Jesús: Tiene que ver con la existencia de Satanás y demás diablos, y sobre su mala influencia sobre los humanos. Fue Satanás quien instigó a los fariseos y saduceos, los sacerdotes del templo, a matar a Jesús. Porque les vino a hacer ver lo mal que lo estaban haciendo. Por usar a Dios para su beneficio personal y social. No para administrar las verdades de Dios, que les había transmitido con su Alianza de Moisés y de Noé. Pero Jesús no podía simplemente impedir que lo mataran, y matarlos a ellos, o apresarlos. Pero debía aceptar las consecuencias del principio del libre albedrío de los humanos malos, mal influenciados. Esos que lo mataron, incluyendo al traidor de entre los suyos. Ese acto de supremo sacrificio nos mostró que Dios es consecuente, hasta las últimas consecuencias, del respeto a esa increíble característica que tenemos y nos dio al crearnos: ser como Él en materia de libre albedrío. Es una “ley” que Dios respeta tanto, que la respeta incluso si matan a Su Hijo Unigénito: Él mismo encarnado.

Todo lo que está pasando, que tiene que ver con la declinación de Occidente, la confrontación mundial, se relaciona con el plan de Lucifer, de preparar el camino para la Diablocracia, el gobierno del diablo a través del Anticristo. ¿Cómo ha gobernado hasta ahora a través de su plataforma geopolítica, el Estado Profundo? Desde arriba. Desde las élites corruptas no electas por los ciudadanos en libertad de decisión, o electas a través de la manipulación de conciencias, usando los medios y la tecnología, o directamente por fraude electoral, como en Estados Unidos en el 2020, que impuso a Joe Biden, un títere corrupto pocas veces en el mundo.

Pero, por otro lado, el acto del sacrificio supremo en la cruz no se entiende bien sin la resurrección. En realidad al morir en la cruz Jesús derrotó a Satanás. Pues satanás le decía constantemente que no dejaran que lo mataran. Jesús no cayó en la tentación del demonio, según queda claro en el misterio de la oración en el Getsemaní. Ahí Jesús oró y oró por toda una noche. Sudó sangre, durante las tentaciones. Y al final dijo: que se haga la voluntad de Mi Padre, no la mía. Esto último lo dijo como humano, que no quería morir, y sabía que podía evitar que lo mataran, pues tenía un poder supremo que le permitía hacer un pequeñísimo acto en ese sentido.

Una vez muerto. Viene lo otro: la resurrección. Habíamos dicho que es falso, como lo trata de hacer creer el demonio, que somos mortales. Jesús podía haber muerto en cuerpo e ido al cielo en alma, como hemos comentado para los inocentes, las víctimas. Pero con la resurrección quiso demostrar otra verdad, la que hemos comentado en relación a como fuimos creados: fuimos creados para que nuestro cuerpo también fuera inmortal. La mortalidad del cuerpo está relacionada con la influencia de Satanás sobre nosotros. Recordemos a Adán y Eva y su expulsión del paraíso. Jesús no tuvo pecado al nacer, el pecado original de Adán y Eva. Si no lo hubieran matado, tendría que haber vivido para siempre. No conozco con profundidad la teología al respecto y estoy solo pensando en voz alta. Pero con el asesinato, la resurrección muestra que los injustamente asesinados pueden restituir su vida no solo espiritual, sino corporal.

Otro aspecto de la resurrección de Jesús es que con ella venció ahora a otro enemigo, después de vencer a Satanás y sus demonios, los ángeles malos: la muerte misma. Es asombroso el sentido que esto tiene: ahora sí que puede demostrar Su Omnipotencia. Y Su Naturaleza: es el Dios de la Vida. La muerte no puede con Él. No solo fue un acto que nos da esperanza, a quienes hacemos sacrificios por otros. Sino que nos revela, pues, lo que realmente somos también: no morimos realmente. Estamos hechos para vivir eternamente. La vida en esta tierra es realmente un paso para recuperar lo que perdimos al caer en la tentación del maligno. Es la vida eterna. En el cielo.

Este segundo paso (y el tercero, la venida del Espíritu Santo) fue lo que iluminó a los apóstoles, empezando por María Magdalena. Cuando Jesús resucitó, y cuando lo entendieron bien, a través de la iluminación del Espíritu Santo, fue que los apóstoles perdieron el miedo que antes les tenían a los fariseos y sacerdotes del sanedrín. Y a los romanos. Y a todos los poderes terrenales. Y a los espirituales también, a los demonios.

Empezaron a ser como Jesús. Si miedo. Y dispuestos a “ trabajar, con esfuerzo, para producir”, para nosotros y para otros. Para sacrificarnos, en otras palabras. Y colaborar con el sacrificio de Jesús, y ser “co-redentores” de esa manera.

Todo tiene sentido. Ninguna historia como la pinta el ateísmo satánico. Todo coherente, con la naturaleza amorosa de Dios, y por su carácter de Dios personal, etc. Se encarnó, además, en un pueblo específico. Y preparó a un pueblo específico.

De ahí que podemos entender la historia del Antiguo Testamento, incluyendo lo que le pasó a Noé, y al pueblo de Israel en la lucha con sus enemigos terrenales. Por todo lo que hemos explicado se deduce también que Dios preparó su venida con bastante tiempo de anticipación. Y escogió a un pueblo para hacerlo, Israel. El P. Luzón abunda en este análisis en la referencia de sus estudios bíblicos por YouTube.

5. El fanatismo del ateísmo satánico y el apocalipsis

El ateísmo satánico acusa a los cristianos de fanáticos, porque insisten en su fe. Pero nosotros no tenemos necesidad de recurrir a imponer nuestras ideas a otros. Primero, que tienen sentido. Segundo, que son redentoras, por la evidencia empírica.

El demonio predica el rompimiento d e las leyes naturales, sociales y espirituales como presunto medio de satisfacción, de realización. En cada caso hemos dejado claro que se trata de un engaño, una trampa. Nos causa la satisfacción de la carnada en el anzuelo, en el mejor de los casos, pues el resultado final es la muerte, y una muerte eterna, la del infierno. Es lo que quiere el diablo con esta religión suya.

Pero es claro que para meter tantas mentiras tiene que recurrir al fanatismo. Es lo que sea observa en sus constantes ataques. Repetir mil veces lo mismo. Mentir, tergiversar. Poner a pelear las religiones, etc etc.

No abundaré en los ejemplos del presunto Dios malvado, empezando por el caso de Noé.

Pero hablaré brevemente de un caso relacionado. El del presente estado de cosas. El ateísmo satánico ha hecho incalculables daños desde la falsa ilustración. Ha sacado espiritual de lo social y lo natural, convenciendo a gran cantidad de intelectuales, políticos y gente del pueblo también. Con argumentos de que hay que separar Estado y religión. El objetivo ha sido sacar al cristianismo (sobre todo católico) de la sociedad. Y lo han logrado. Con qué resultado? Con el que tenemos hoy, que nos ha puesto al borde del abismo. Estamos al borde de la tercera y última guerra mundial. Era el objetivo de Satanás desde un principio, como se puede ver en su plan que pudo ser develado. Lo podemos ver en este extracto del plan luciferino escrito en 1871, asombrosamente, cuya referencia se puede ver aquí [2]:

“La Tercera Guerra Mundial debe ser fomentada aprovechando las diferencias provocadas por el “agentur” de los “Illuminati” entre los sionistas políticos y los líderes del Mundo Islámico. La guerra debe llevarse a cabo de tal manera que el Islam (el mundo árabe musulmán) y el sionismo político (el Estado de Israel) se destruyan mutuamente. Mientras tanto, las demás naciones, una vez más divididas en este tema, se verán obligadas a luchar hasta el punto de un completo agotamiento físico, moral, espiritual y económico... “Liberaremos a los nihilistas y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del ateísmo absoluto, origen del salvajismo y de la más sangrienta agitación. Entonces por doquier, los ciudadanos, obligados a defenderse de la civilización, y la multitud, desilusionada del cristianismo, cuyos espíritus deístas quedarán, a partir de ese momento, sin brújula ni dirección, y ansiarán un ideal pero sin saber adónde rendir su adoración. “Recibirá la verdadera luz a través de la manifestación universal de la doctrina pura de Lucifer, finalmente puesta a la vista del público. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del cristianismo y del ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo”.


Ha llevado a los humanos a destruirse entre sí. Con el cuento de que Dios, que no existe y es inventado, es el malo. Lo de la confrontación entre árabes israelíes tiene que ver con esto, como vemos.

Esta persona que ataca la iglesia siempre dice que hay que cobrarle impuestos, por el daño que hace. Como hemos visto, solo hace bien. El impuesto habría que ponérselo a quienes han robado, esclavizado, engañado y matado a tanta gente, incluyendo a bebés, y evitando que nazca gente, con las relaciones homosexuales y destrucción de la familia, la base de la sociedad. Cuántos impuestos tendrían que pagar para compensar el daño? Cuántos años en la cárcel? La justicia de Dios lo dirá. Pero lo más probable es que sean infinitos años. En una cárcel en la cual el sufrimiento es indecible: en el infierno.

Pronto por fin habrá justicia, pues Dios es no solo misericordioso, como hemos visto.

Mucha gente morirá en lo que viene. Como en tiempos de Noé. Y Dios protegerá a su gente fiel, en los Refugios, como afirmé en el artículo que motivó la crítica.

Para estudiar cada caso comentado de la biblia, recomiendo esta serie de estudios bíblicos del Padre Javier Luzón, en que incluye también lo del Arca de Noé [2]:


Cordialmente y pendientes,

Felipe


Las críticas de la persona atea:


“Ah , la historia del diluvio.

El Dios bíblico en su inmenso amor, decidió destruir la humanidad con un diluvio. Y aniquiló el 99.9999% de la vida en el planeta. Ni el meteorito que mató a los dinosaurios llegó a eso.

En el diluvio habría muerto cualquier cantidad de personas inocentes, niños, bebés, mujeres embarazadas. Además de todos los animalitos. Eso sí, ni idea de cómo sobrevivieron las plantas.

Es el mayor genocidio que la imaginación humana podría concebir. Arrasar con toda la vida en el planeta, con excepción de la que está en el arca.

Luego el dios amoroso en su inmensa misericordia, decide destruir Sodoma y Gomorra. La excusa, eran todos malos y pecadores. ¿Los niños y bebés también?. De hecho decide también asesinar a la esposa del justo Lot.

Otro genocidio es el que dios le ordena repetidamente a los israelitas cometer contra los pueblos vecinos. En algunos casos enojandose cuando éstos no asesinan a todo el mundo o deciden quedarse con el ganado. Ejemplo de Jericó.

Otro capítulo, Dios está aburrido y juega con el diablo apostando desgraciarle la vida a Job.

Otro capítulo, mata a onan por no preñar a su cuñada después de que ya dios había matado al hermano de onan. Digo, si quería que tuviera descendencia, debió pensarlo mejor antes.

En otro capítulo se enoja porque David mató indirectamente al marido de Betzabe y decide castigar a David: no mata a David, mata a su hijo primogénito después de hacerlo sufrir una semana.

En otro capítulo, bueno, la tenía agarrada con David. Cómo David hizo un censo (que él ordenó y que el diablo también le ordenó, dependiendo de que libro de la biblia se lea), Dios decide matar una parte de la población israelita.

En otro capítulo, le da super poderes a sansón, pero no le dió inteligencia. El genio de sansón mata personas al azar sin ningún motivo y se convierte en un problema para los propios israelitas.

En otro capítulo Dios se molesta con los hijos de Aron porque no le gustó su ofrenda y los mata

Creo que es bastante conocida la historia de Moisés, el faraón y cómo Dios está mandando plagas para que liberen a los israelitas. Si se lee con detenimiento, el plan no era rescatar a los israelitas, la idea era mandar las plagas. Y como lo hace ? Dios endurece el corazón del faraón, quien obviamente quería dejar ir a los israelitas, y lo obliga a decir que no para mandar las plagas. Dónde incluye el matar al hijo primogénito de cada persona.


En otro capítulo Dios se molesta con los israelitas y decide que se la pasen perdiendo batallas, en otro momento que se enfermen y así.

Ese es el antiguo testamento, muerte y destrucción. El diablo en el antiguo testamento sólo mata una vez: cuando Dios se lo autoriza en el capítulo de Job.

Todos los demás muertos los ocasiona Dios.

El Dios bíblico es en el antiguo testamento un dios celoso, vengativo, y definitivamente malévolo.

En el nuevo testamento, está la marravillosa historia donde Dios envía a su propio hijo y lo sacrifica para salvar la humanidad y este resucita al tercer día. Muy bonita. Pero no tiene ningún sentido con el antiguo testamento dónde la solución siempre pasa por matar a alguien. Analizando el nuevo testamento, tampoco tiene sentido.

Si Jesús es dios también, y dios es omnipotente, para que necesita sacrificarlo para perdonar los pecados de la humanidad? Para qué? Es onmipotente, puede perdonarlos si quiere sin necesidad de sangre.

Por supuesto, cómo se entienden estás historias tan extrañas si las vemos racionalmente? Sencillamente son producto de la época. Los hebreos odiaban a cada uno de sus vecinos así que qué mejor que creer que un dios los ordenaba cometer genocidio o los ayudaba con una plaga. Que mejor idea para un rey israelita que amenazar al pueblo con inmenso sufrimiento de origen divino si no lo dejaban en el poder?. Y claro, el antiguo testamento era exageradamente salvaje incluso para los propios romanos. Por ello se creó una historia mucho más amorosa y moderna. Dónde Jesús es una especie de semidios con poderes cómo Hércules, es popular y luego resulta traicionado por judas cómo Julio César por bruto y luego se vuelve un dios tras su asesinato. Cómo también los romanos volvieron un dios a César y a los emperadores.

Si alguien quiere ser ateo, no es difícil, solo debe leer la biblia y preguntarse si eso está bien.”


Referencias:

1. https://www.quehacer.wiki/wiki/The_plan_of_Lucifer_has_been_revealed

2. https://www.youtube.com/@tiempoderespuestasbyjavier5189