La cota 905 y la política criminal de seguridad ciudadana

La Cota 905 y la política criminal de seguridad ciudadana del desgobierno.

Movimiento Libertadores

12 de Julio e 2021.

1. Introducción y resumen.



Dados los hechos de altísima violencia que se ha desatado en estos días en Caracas y la región central del país, queremos aclarar las cosas a la población. La principal arma enemiga contra los ciudadanos, ahora también a nivel mundial, es la mentira; el principal campo de batalla, el comunicacional. Por eso damos un reporte sobre lo que realmente está pasando y damos un mensaje para organizarnos y seguir la lucha, tanto para el momento (Plan B), como para la salida de Maduro y del sistema caza-renta (Plan C). La luz vence las sobras y todos podemos aportar en ese sentido.

En resumen, desarrollaremos varios puntos en este documento informativo.

1. El desgobierno, por su carácter de responsable del estado fallido, así como no provee los servicios públicos básicos como el agua, la electricidad, salud, defensa contra el Covid 19, tampoco provee el de seguridad ciudadana. Por ese vacío las bandas delincuenciales de todo tipo, incluyendo las del desgobierno mismo, han florecido y se han convertido en una azote para la población y el sector privado.

2. En esta ocasión, el desgobierno se presenta como el salvador al estar derrotando a las bandas civiles y trata de lavarse las manos sobre una situación que es producto, por un lado, de su desgobierno, y por otro, por su complicidad en la delincuencia. Su objetivo, dada su incapacidad de gobernar, es mantener a raya a la población realmente opositora en lo político, incluyendo al propio chavismo de base inconforme con su gestión y la situación que esto acarrea en todos los órdenes, en particular el de la seguridad ciudadana.

3. La población debe saber que, como detallamos aquí, el desgobierno ha fortalecido las bandas delincuenciales civiles en los barrios de Caracas. Las ha armado, directa o indirectamente y ha llegado a acuerdos de repartición de zonas de influencias y de vacunas.

4. El presente episodio muestra una inestabilidad del desgobierno que es solo aparente. Las tensiones se elevaron de manera notable en la convivencia acordada entre el desgobierno y las otras bandas no directamente controladas por ellos y lo que originó el problema en este caso fue un rompimiento de los entendimientos, en particular cuando algunos policías, sin autorización de sus jefaturas centrales, ultimaron a uno de los jefes del cartel delincuencial, en El Valle, el “Loco Leo”. Eso desató la ira del resto de las bandas, y se produjo una confrontación importante.

5. Su versión de las cosas es tan errada que ahora trata de meter la coba de que Colombia está implicada en lo que está pasando a través de presuntos paramilitares y que la está “derrotando”.

6. La población no debe interpretar a las bandas delincuenciales civiles como posibles salvadoras. Mucho menos como peligro inminente en este momento para deponer al desgobierno. Son un azote para los ciudadanos, aunque en algunos casos actúan como sistemas de seguridad ante la falta de gobierno, a cambio de vacunas; una suerte de sistema impositivo irregular parara ayudar a mantenerse, aparte de sus actividades en otras zonas más pudientes, donde llevan a cabo robos y otros delitos.

7. Como hemos explicado en nuestros comunicados, este modelo de convivencia delincuencial y desgobierno se ubica en un sistema caza-renta estable con el apoyo de la cohabitación de sus títeres opositores además de los rojos. Nuestra propuesta para hacerlo inestable y sacar a Maduro y al sistema tenía como detonante el Plan A, que consistía en elegir una nueva dirigencia opositora en Diciembre, que acopiara, coordinara y activara todas nuestras fuerzas del coraje para una confrontación fáctica exitosa. Pero el gobierno interino de Guaidó traicionó una vez más al pueblo con la Consulta estafadora y la prórroga usurpadora. Por eso nuestro proyecto marcha para deponer al sátrapa y el sistema pasa ahora por nuestros planes B, por un lado, que consiste en elegir y/o promover un nuevo liderazgo político, en el territorio y en la diáspora y C, por el otro, que consiste en una insurrección popular con apoyo militar patriota, tanto para sacar a Maduro, como para sacar al sistema, acometiendo una transición de cuatro años para el establecimiento de una nueva república.

8. Como parte de esos planes B y C, la población debe seguir organizándose como ya lo está haciendo, aumentando la coordinación para objetivos nacionales, para funciones de auto-gobierno, entre ellas la seguridad propia. Así defenderse de los delincuentes de todo tipo, tanto del desgobierno, como de las bandas no directamente controladas por él. Es un proceso que llevará tiempo y no aconsejamos arriesgarse en una confrontación abierta en este momento. Antes del día D, debemos acumular fuerzas, que tanto nuestros grupos organizados, los Templarios, están pendientes y conectados con nuestro liderazgo ciudadano y de trabajadores en el terreno, lo mismo que con nuestros liderazgos en conformación progresiva y creciente en la diáspora. Eso incluye a nuestros militares patriotas y nuestros contactos con factores internacionales del coraje. Los Planes B y C avanzan de esa manera y todos debemos estar pendientes, aunque en este momento debemos actuar con suma cautela en el territorio nacional.


2. La política del desgobierno



Todos hemos observado el deterioro del país en materia del sistema judicial, con jueces y policías corruptos, además de la reforma del código penal para permitir que se flexibilizara el trato al delincuente y sistematiza el castigo al inocente. Nicolás Maduro, presentó en enero de este año "seis líneas de acción" que son parte de un plan para atender la "seguridad ciudadana" en el país. También denominado "Sistema de protección del pueblo", implica el trabajo conjunto de todas las fuerzas de seguridad del Estado, contempla la expansión de los planes deportivos, culturales y de creación de valores del “movimiento por la paz y la vida” creado en el 2013, sustento de las fallidas “zonas de paz” y de los planes de integración socio productivos dirigidos a delincuentes que se insertarían a las comunas. Las líneas de acción serían:

1. La “Campaña Carabobo 2021”, que se tradujo en reuniones con delincuentes y bandas organizadas en las cuales se llegaron a acuerdos que implicaban entrega de materiales deportivos, nuevos créditos y una suerte de zonas de influencia para operar. En ese contexto fue que pudimos observar a Iris Valera, Delcy Rodríguez y Héctor Rodríguez. El resultado fue que el hampa tuvo más recursos económicos para consolidarse y organizarse. Esos recursos se tradujeron en compras de armas, provistas por el mismo desgobierno tras bastidores. El objetivo real, más allá el discurso engañoso, era la convivencia y la repartición de zonas de influencia para beneficios compartidos, controlando a la población, chavista o no chavista, ante posibles movimientos insurreccionales.

2. Como segunda línea, relacionada con la repartición de la torta, el desgobierno ordenó a todo el estado mayor del sistema policial venezolano retomar y hacer "las adecuaciones necesarias para poner en la calle toda la fuerza policial" para que el sistema de patrullaje fuera "más efectivo". Eso se tradujo en la distribución de alcabalas y retenes móviles de seguridad, que en la práctica significaron mecanismos de vacunas contra la población por parte de la delincuencia uniformada del desgobierno. A pesar de que había una repartición el territorio, con frecuencia se produjeron conflictos de delimitación de fronteras, como en el caso del club de la Policía Metropolitana, que fue asaltado por la banda del Coqui. El nuevo acuerdo del cartel de mafias, gubernamentales y civiles, implicó que le permitieron a este pran delincuencial usar dicho club por el tiempo que él quisiera, como fue público y notorio.

3. Instalación de los "cuadrantes de paz", que según el ministro de Interior del régimen criminal, Néstor Reverol, son “una estructura, un estado mayor, donde participan diferentes instituciones policiales y la ciudadanía en perfecta unión cívico militar policial", permitió montar una red de confidentes que ayudaron a frenar las protestas del 2014 y 2017. Estos cuadrantes junto a los consejo comunales y colectivos, actuaron como organismos de inteligencia contra la población.

4. En el mismo sentido de inteligencia ha funcionado el “sistema de protección popular para la paz SP3". Esta medida permite transformar a los miembros del CLAP, de las UBCH, de las misiones y demás organizaciones impulsadas por el régimen criminal en informantes para expandir su capacidad de control de líderes sociales contrarios al régimen, incluyendo al pueblo chavista.

5. Reactivación de las"Operaciones de Liberación del Pueblo", OLP, con un nuevo nombre, "Operaciones de Liberación Humanista del Pueblo (OLHP)", con el objetivo de extorsionar y acabar con dirigentes sociales peligrosos para el régimen, teniendo más cuidado que antes, lo cual causó gran rechazo internacional de organizaciones de derechos humanos. De factura cubana, persigue ele mismo objetivo, usando técnicas de intimidación y sometimiento mental a través de amedrentamiento.

6. Reorganización de los fuerzas policiales. Como sabemos, ya eran nido de malandros, pero ahora han aumentado sus robos a la población. No han conseguido cono esto lavar la cara a las FAES, como todos sabemos.

3. Lo que señalan los vecinos



Desde hace tiempo por lo menos dos años los vecinos vienen señalando cómo los grupos delictivos del sector se van apoderando cada vez más de sus zonas, no solo de las actividades ilícitas como el tráfico y micro tráfico de drogas, la prostitución, el cobro vacunas a los comerciantes, sino también en lo relativo a las relaciones entre los vecinos: se transforman en el sistema para-judicial de seguridad y “justicia” ciudadana. Por ejemplo, intervienen en las fiestas, en los conflictos vecinales. En diciembre de 2020 la Alcaldía de Caracas les entregó insumos para entrega de juguetes a los niños del sector, y les asignó el control de la comercialización de la gasolina en algunas estaciones de servicio del sector.

Las bandas en cuestión determinan la hora a la que salen y llegan los vecinos del trabajo. Se instalan en el tejido social apoyados, como se demostró antes, por el desgobierno.

4. Descontento policial y militar



Muchos policías se han quejado ante nuestros templarios y vecinos de esta situación. Han visto con enojo cómo José Vicente Rangel Ávalos fundó las “zonas de paz” desde el 2013. Cómo el gobernador del Estado Miranda, quien junto a la Alcalde Érika Farías y el Ministro del Deporte y Juventud, se integraron a esos planes, girando órdenes expresas para que los cuerpos de seguridad no se aparezcan por dichas zonas, al punto que deben pedir permiso a los delincuentes para retirar cadáveres en el sector. Los funcionarios señalan que antes de apresar o actuar deben consultar a los superiores para evitar situaciones como las sufridas en el pasado en la comandancia de Catia donde los grupos delictivos juntos a los colectivos fueron a liberar de los apresamientos hechos por ellos a los delincuentes de las comisarias y ellos deben entregarlos sin ninguna queja posible. Este tipo de descontento fue lo que produjo la muerte del Loco Leo, por iniciativa de los propios policías descontentos, que sin consultar a sus superiores, decidieron actuar por su cuenta, y lo que desencadenó la presente ola de tensión. Son factores de un sistema inestable en progresivo deterioro.

El descontento en las filas militares opuestas, abierta o soterradamente a este orden de cosas, también se incrementa con esto, pues ellos han visto, por ejemplo, que lo de los colectivos y la guerrilla colombiana son un fenómenos relacionados, al implicar pérdida de la soberanía territorial de la nación y del estado, además de que con todo esto se pierde la soberanía personal y ciudadana ante grupos delincuenciales, del tipo y del color que sean, incluyendo los políticos títeres y los titiriteros, delincuentes de cuello blanco.


5. Visión global, resumen conclusivo y los planes insurreccionales.



El gobierno criminal adopta a las bandas de delincuentes bajo su tutela ante la imposibilidad controlar directamente el tema de la seguridad ciudadana en sus sectores. Pero si bien es cierto que con frecuencia se les escapan de las manos como en esta oportunidad, cuenta con la fuerza suficiente para controlarlos indirectamente a través de sus acuerdos y financiamiento. Cuando hay conflictos fuera de los acuerdos, como el presente, los controla directamente tratando de volver luego a su sistema de convivencia, que implica, como hemos dicho, que son brazos ejecutores para amedrentar a la población. Y es de hacer notar que en esta coyuntura, el desgobierno está aprovechando este éxito temporal para ganarse a parte de la población en su campaña propaganda electoral.

Es claro que estas bandas no representan un peligro para el poder de Nicolás Maduro como algunos analistas lo hacen ver porque son parte y piezas del desgobierno criminal. Solo demandan que los dejen actuar tranquilos y la previsión es que eso volverá a la normalidad, que solo se irá haciendo inestable a medida que avancen nuestros planes B y C. Es de hacer notar que en este proceso de lucha entre bandas, se han cometido más excesos contra la población civil, allanando no solo las casas de los delincuentes sino de todos los habitantes robando sus pertenencias, asesinando y apresando a jóvenes inocentes moradores de esas humildes viviendas y actuando en forma desmedida y abusiva contra todos los habitantes de esos barrios por el sólo hecho de ser desvalidos ante fuerzas fácticas superiores de lado y lado, pero moralmente inferiores, pues el pueblo toma cada vez más conciencia de la situación y quiere organizarse y unirse, independientemente de la ideología de cada quien, sabiendo que tienen un enemigo común: el sistema caza-renta y todos sus títeres y cómplices, armados o no. Por lo pronto, todo esto ha forzado a un inédito desplazamiento interno de pobladores por el terror de tener que soportar a las bandas y a la policía.


1. El gobierno fallido, o desgobierno, ha generado una situación de falta de seguridad personal ciudadana. No ha habido sistema de control de delincuencia común en todo el territorio nacional. En particular en los barrios populosos de Caracas y en la zona central incluyendo Aragua, Carabobo y Falcón.

2. Esa falta de gobierno también ha vulnerado la seguridad nacional, y se ha vulnerado la soberanía territorial en gran parte el territorio, como en Apure, Bolívar, Amazonas e importantes partes de Táchira, Zulia y Sucre. Carteles de drogas y de explotación minera ilegal se ha hecho presente en todas esas zonas, con presencia de guerrilla colombiana y de grupos de extorsión

3. Los organismos de seguridad se han transformado en grupos delincuenciales que recurren a la extorsión de la población, por un lado (dados los bajos ingresos de los policías y militares de bajos rangos no conectados directamente a los negocios de las élites armadas), y a organizaciones criminales de tráfico de drogas, minería ilegal, trata de blancas y prostitución.

4. Sus políticas han propiciado la conformación y el fortalecimiento de esas bandas delincuenciales civiles. Han establecido zonas de control delincuencial que se han resquebrajado algunas veces, como en este caso.

5. La única salida es por la fuerza, tanto de Maduro, como del sistema y todas sus manifestaciones, como esta de la alianza perversa entre grupos armados contra la población inerme. Lo que nos queda son los planes B, que incluyen organización para el auto-gobierno a todos los niveles, incluyendo el comunitario, con redes de Templarios de la resistencia en crecimiento, y el Plan C, de insurrección popular con apoyo militar patriota cuando llegue el momento, el día D.


Todos somos libertadores

La Luz vence las sombras

Gota a gota hace un Tsunami

Las gotas de agua pura del colibrí

La liberación definitiva de las cadenas ya se vislumbra en el horizonte


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