CAPÍTULO 4: Pacto de Punto Fijo de base democrática

Para rescatar a MCM y promover la participación en las primarias

CAPÍTULO 4: Pacto de Punto Fijo de base democrática


Movimiento Libertadores

20 de Octubre de 2023.

1. Introducción

Estimados venezolanos.

En este capítulo abordamos el tema de las alianzas nacionales para liberar a Venezuela. En el próximo finalizamos con el tema moral y de las alianzas internacionales.

Lo moral es un tema transversal a todo lo que hemos dicho, pues el problema principal en Venezuela es un tema de corrupción versus honestidad. Pero no solo en las palabras, como explicamos con detalle en el capítulo anterior ([1]). No vale “cheap talk” (hablar paja): hay que dar “señales costosas”, que produzcan un “equilibrio separador” que permita ver a los ciudadanos venezolanos que María Corina Machado es diferente del resto de los políticos venezolanos, como títeres del cartel de mafias caza-renta, tanto rojo (chavismo-madurismo-diazcanelismo) como azul (de la cuarta república), como negro (Joe Biden y el Estado Profundo). Como explicamos en el capítulo anterior, ella no ha dado la señal costosa requerida en lo técnico: comprometerse con un Fondo Petrolero tipo Noruega que quite la renta a todas esas élites depredadoras y se la dé a sus verdaderos propietarios: los ciudadanos, que han sido las víctimas de generalizada expropiación desde el momento mismo de la explotación petrolera. Eso implica que, hasta ahora, MCM está en el mismo saco que el resto de los políticos venezolanos, pues no bastan las caras bonitas y diferentes, solo en apariencia.

Las falsas ilusiones vienen del diablo, el lado malo de este conflicto entre el bien y el mal: te da un pedazo de carne, pero no para que seas feliz, sino para pescarte, matarte y luego comerte. El que termina feliz es él. Solo la verdad, la verdadera, nos hará libres, como nos dijo Jesús, y ahora es más vigente que nunca.

Así como en el capítulo anterior hablamos de la señal técnica diferenciadora, en este describiremos la señal política respectiva. En particular el tema de las alianzas políticas imprescindibles para sacar, no solo a Maduro, sino al sistema corrupto corruptor que expropia a los ciudadanos de a pie de sus riquezas y sus derechos, por un lado, y alimenta al cartel de mafias caza-renta de todos los colores, por el otro.


2. El Pacto Republicano para refundar la República

En efecto. Como ustedes ya saben, hemos estado promoviendo la conformación de un Pacto Republicano, no solo para salir de Maduro, por la fuerza, sino para salir del Sistema caza-renta, también por la fuerza, mediante un hecho constituyente originario. Dicho pacto no es más que un nuevo Pacto de Punto Fijo, pero corregido. Se usan sus cosas buenas, como el carácter dinámico, de largo plazo, del pacto entre contendientes políticos involucrados, más allá de los períodos presidenciales. Pero se corrigen sus sus fallas, que fueron graves y lo tornaron inservible y pernicioso al final: en primer lugar tiene que incluirse a los ciudadanos, para invertir por completo la pirámide del poder, pues los líderes políticos y sus partidos deben representar a la gente, no a unas élites que los tienen como representantes. Por otro lado, debe ser de amplio espectro ideológico, incluyendo izquierda además de derecha y centro, siempre que sus componentes sean honestos. Adicionalmente debe tener en cuenta el entorno internacional, pues desconocer el hecho del caza-rentismo mundial, con el Estado Profundo impulsando la corrupción geopolítica, no podremos salir de la corrupción interna sino al revés. Finalmente, hay que incluir a los patriotas militares, policiales, de resistencia civil organizada y entrenada para la defensa y el combate, pues la salida es por la fuerza. Las bases del proyecto, que Juan Guaidó y su atadura opositora corrupta del G4 y relacionados traicionaron luego de que estuvimos a punto de aplicarlo con la ayuda de Donald Trump a finales del 2019, están aquí: [2]

En ese proyecto es esencial un diagnóstico correcto para poder aplicar el remedio, como se hace en medicina o el cualquier plan estratégico bien hecho. En materia de diagnóstico han errado prácticamente todos los partidos políticos, incluyendo el de MCM más allá de las palabras. Primero porque el conflicto no es entre derecha e izquierda, o gobierno y oposición, o dictadura y democracia, o chavismo y no-chavismo. Incluso hay que ir más allá: no es entre legalidad y delincuencia. Esto último es lo más correcto en algunos análisis. Pero se quedan cortos, pues el problema no es solo sacar a un delincuente, Maduro. Hay que ir mucho más allá, pues la solución es no solo poner a gente honesta como propone MCM, sino implementar un marco institucional apropiado, al que todos los gobiernos y políticos se amarren, como Ulises cuando se amarró al mástil de su barco para poder transitar sin peligro por el mar de las sirenas. La idea es que, incluso si tienes tentaciones de corromperte, no lo puedes hacer, porque no tienes dinero disponible desde el Estado para robártelo. No solo hay que quitar los zamuros, sino quitar la carne. Para que no vengan más zamuros, o gente decente que termine convirtiéndose, en la práctica, en zamuros.

El diagnóstico correcto implica, pues, tener claro el mapa de conflicto, pues si no sabes con claridad quién es tu enemigo y sus aliados y quienes son tus amigos y aliados, pierdes la guerra.

2. Diagnóstico correcto, la solución técnica, la política y el proceso Constituyente Originario

El enemigo es, pues, el sistema caza-renta, no solo sus títeres de distintos colores y sus herramientas políticas, mediáticas, institucionales. Es interesante que, dado este diagnóstico, el remedio técnico se conoce, como explicamos en el capítulo anterior: un Fondo Petrolero tipo Noruega, que le da la renta del petróleo, el oro y otros commodities directamente a los ciudadanos (Puede verse aquí [3]). No debería ser administrado por políticos “representando” al pueblo, pues tienen incentivos a usar esa renta para corromperse y así los ciudadanos son expropiados de su riqueza, como ha pasado no solo con Maduro y con Chávez, sino en la cuarta república y antes, desde el inicio de la era petrolera.

Retomando lo dicho en el capítulo anterior, Venezuela, sin la institucionalidad que impida por diseño la corrupción, no es un país democrático ni puede desarrollarse económicamente, pues nuestra enfermedad, conocida en la literatura económica especializada como la “Maldición de la Abundancia” tiene como síntoma de Economía Política que un cartel de mafias caza-renta se organiza al rededor de esa renta para capturarla y vivir de ella, que es lo que ha ocurrido. Eso nos da una idea de que el remedio técnico no basta. Pues si llega MCM e instituye una ley, o incluso cambia la constitución para poner la solución técnica, esta se va a quedar en el papel.

La solución política es tan difícil que ni siquiera esto se sabe, aparte de un grupito de buenos, y el grupito de malos, ya que estos se han dado a la tarea, por el dominio que tienen de los medios de comunicación social y de sus títeres políticos, militares y delincuenciales asociados, de ocultar la verdad a la gente común. El dominio que tienen es tal, que no basta sacar a un títere y poner alguien distinto, incluso si es bueno. Con esto empezamos a comprender que el sistema no sale por las buenas. Es por la fuerza, y eso requiere una alianza adecuada y un tiempo inicial adecuado. No puedes contar con los mismos militares que están en el poder ahora. Tienes que asumir el control del aparato de seguridad interno y externo (control militar, policial, ciudadano). No puedes contar con los alcaldes, gobernadores y otros líderes institucionales actuales: tienes que tomar todas las alcaldías, gobernaciones, e instituciones del Estado como el sistema judicial (incluyendo el TSJ, la fiscalía, la defensoría, la contraloría, los registros y notarías), legislativo (incluyendo la AN y asambleas regionales y municipales). Eso indica que el pueblo debe ser el protagonista en este proceso, un proceso Constituyente Originario de facto y de jure, con sus apoyos militares, policiales, de resistencia civil. Y los políticos que se sumen y no estorben, bajo un liderazgo nacional, el Pacto Republicano, y un ejecutivo nacional temporal, la Junta de Transición. Sobre estos temas hablamos a continuación.

3. Cambio de sistema dinámico. Restitución de la base democrática.

La solución es, pues, estructural y de suficiente fuerza fáctica, no solo técnica y teórica, con un liderazgo desde arriba, la Junta de Transición para seis años y el Pacto Republicano, el Pacto de Punto fijo corregido, con liderazgo y apoyo desde abajo, el pueblo organizado desde cada comunidad, cada pueblo y ciudad, cada estado y región en un Proceso Constituyente Originario comprehensivo. De facto y de jure.

Enfaticemos de una vez que la solución también es de largo plazo. En ese sentido hemos explicado que en sistemas dinámicos (que se desenvuelven en el tiempo), el caza-rentismo es un “sistema estable”. La razón es que, si sales de su centro de atracción dentro del sistema, llamado “punto fijo”, regresas a él. Es lo que pasó con Carlos Andrés Pérez en su segundo gobierno. Su equipo tenía un proyecto para salir del Caza-rentismo, con Miguel Rodríguez a la cabeza, con la propuesta del Fondo Soberano, tipo Noruega. Pero el sistema caza-renta, usando sus operadores políticos, los sacó del gobierno usando una falsa bandera, la de la presunta corrupción, para regresar a su centro de atracción. Ese sistema, mostrando su robustez y estabilidad, usó a sus herramientas políticas, institucionales y mediáticas para darle un golpe de estado de nueva generación, sin un solo tiro: el Congreso, la Corte Suprema de Justicia, los medios de comunicación, los sindicatos, los partidos y sus líderes. Que vivían de la renta petrolera y vieron el peligro que ese cambio representaba para su modus vivendi.

Si analizamos este asunto con profundidad, lo que garantiza la estabilidad del sistema es la fuerza del jugador que se beneficia de él. En este caso el cartel de mafias caza-renta. Es su “base de apoyo”, que está en la cúpula del poder, que es minoritario. Está claro, pues, que lo que se necesita es instaurar un nuevo sistema dinámico estable, con un nuevo punto fijo: una nueva república, que por diseño institucional en el papel tenga como su paradigma la propiedad y usufructo directo de los ciudadanos de la renta petrolera y minera. Con esto, la base de apoyo cambiaría por completo, y pasarían a ser los ciudadanos. La base del poder sería mayoritario, y con eso lo que se pretende realmente es que se restituya la base de la pirámide de la democracia. Como podremos imaginar, eso requiere una “revolución”, que no es más que una restitución de la verdadera normalidad perdida desde hace mucho tiempo, desde el comienzo de la era petrolera, por lo menos.

Por lo tanto, el cambio, para ser tal, no puede quedarse en el papel, como vemos: debe tener la gente apropiada en cada instancia. Sobre todo desde abajo, desde cada ciudadano organizado en su comunidad, en su ciudad, en su estado. Con liderazgos que reflejen el poder de la base a todos los niveles: comunitarios, locales, regionales y nacionales adecuados, dentro del Gran Pacto Republicano propuesto. Con mecanismos de control y de corrección de desviaciones, por ejemplo las de la corrupción, para revocación y sustitución democrática o gerencial de los desviados, de acuerdo al caso.

Es de hacer notar que que el centro en sistemas dinámicos, de atracción en este caso, se llama técnicamente “punto fijo”, por sus propiedades matemáticas: Si estás en él, te conservas en él. Ese punto fijo es estable si además es una suerte de centro atractor: si sales de él un poco, vuelves a él, como en el caso de Carlos Andrés Pérez II, quien no pudo salir del sistema solo con un cambio de ministros y de planes. Esto explica técnicamente porqué no basta tener un nuevo presidente, como MCM y unos nuevos ministros: el sistema te va a absorber de nuevo si el cambio no tiene suficiente fuerza y duración, y si no tiene un centro de atracción alternativo bien diseñado. En el caso de MCM sería peor, pues ni siquiera tiene una propuesta de cambio de punto fijo, representado básicamente en el cambio de propiedad fáctica de la renta petrolera y minera, la solución técnica comentada en el Capítulo anterior. Es curioso que la propuesta política transformadora, de Pacto Republicano, también tiene que ver con un “Punto Fijo”, por su connotación geográfica de la ciudad de Punto Fijo, que le dio el nombre al pacto aludido cuya idea es buena pero tuvo defectos, que con nuestra propuesta se corrigen como dijimos.

Como nos podremos imaginar, pues, ese cambio de punto fijo requiere la fuerza también, y mucha, pues el cazarrentismo no va a querer que el país instaure un punto fijo distinto al que les permite a ellos vivir del dinero de los venezolanos. Para detallar el ejemplo de si María Corina Machado llega al poder y no cambia el sistema, por diseño, con un Fondo Petrolero tipo Noruega, le darán un golpe de Estado, como a CAP II. Pero no solo eso. Supongamos que va más allá e instaura el Fondo, pero solo legalmente, sin un apoyo político-militar-internacional-ciudadano sólido, que tome el poder del Estado. Sin ese apoyo no podrá derrotar a ese enemigo del caza-rentismo y todas las personas e instituciones que chupan de la teta del Estado petrolero-minero, pues la ley no será respetada y se continuará con el sistema por la vía de facto. Pasa como con los regímenes en los cuales la ley no es respetada. Recordemos lo que dijimos en el capítulo 3, en relación a los círculos de poder del presidente: aún si él, o ella, tienen buenas intenciones, los tentáculos del pulpo caza-renta llegan a todos esos círculos y los manipulan a su antojo.


4. El largo plazo: cambio de estructura y cambio de cultura.

Es bueno aclarar que lo de la propuesta de salida por la fuerza del sistema es una necesidad, más que un deseo. Si en un sistema dinámico no se experimenta un “shock exógeno” (cambio súbito desde fuera al sistema), que implica que comienzas a estar en un sistema distinto, con un atractor distinto, vuelves al mismo atractor del sistema estable, en este caso el sistema caza-renta. Un “shock endógeno” (cambio dentro del mismo sistema), como el de Carlos Andrés II, o el de un posible cambio de Maduro hacia MCM, sin cambiar el sistema, implica que las cosas vuelven al centro del sistema con el tiempo: convergen a él. Por su parte, un cambio exógeno, te puede llevar hacia un nuevo punto fijo estable: implica convergencia en el tiempo hacia ese punto fijo (porque el cambio no te lleva al centro de una vez, sino a una zona relativamente cercana). Y una divergencia progresiva desde el punto fijo del sistema caza-renta. De manera que el cambio de sistema requiere un shock exógeno, un cambio por la fuerza, pues endógenamente solo lograrías cambios temporales, sin posibilidad de cambios permanentes.

Por eso la salida es de facto: por la fuerza, con dicho apoyo fáctico a todos esos niveles, empezando por cada comunidad, cada trabajador, cada ciudadano. Mientras más fuerza tengas para el cambio, más garantía tendrás de un cambio genuino, tanto en el corto, como en el largo plazo. Y al respecto hay que decir algo más: no basta si lo propuesto se hace en solo un período presidencial. La razón es que la cultura del cazarrentismo está en la médula de muchos ciudadanos, lamentablemente, en particular muchos empresarios que no necesariamente están en el cartel de caza-rentas, los que mueven los hilos del país. El dicho de que “es de gafos pasar por el gobierno y no salir ricos” tiene que ver con eso. Se necesita que, una vez instaurada la nueva estructura, la cultura converja en el largo plazo al punto fijo, lo que implica que la alianza mencionada del Pacto Republicano debe perdurar por muchos años para velar por esa convergencia y robustecimiento progresivo.

De hecho, toda esta propuesta del Pacto Republicano, en cuya naturaleza está el proyecto de Constituyente Originaria de facto, es lo que garantiza que el nuevo punto fijo sea estable: que sea un atractor. Pues hay sistemas dinámicos con puntos fijos inestables, lo cual significa que si estás ahí, te conservas ahí, pues es punto fijo. Pero si sales de él un poco, por alguna perturbación temporal, diverges de él. La propuesta del pacto con base de apoyo desde abajo, desde los jugadores a quienes más conviene el nuevo sistema, por la propiedad económica de la renta y la propiedad política de la res pública (la república), es lo que garantiza la estabilidad del nuevo sistema, pues en su conflicto potencial con los caza-renta, que siempre buscarán recuperar lo perdido, se empeñarán en defender el territorio recuperado.

Es cierto lo que se sabe en Teoría de Juegos: solo cambiando el juego se puede aspirar a cambiar el comportamiento de los jugadores. No es lo mismo jugar béisbol que fútbol. Pero aprender a jugar fútbol toma tiempo, si siempre has estado jugando béisbol. Si el cambio de juego dura muy poco, es posible que los jugadores extrañen el anterior, y ellos mismos vuelvan a jugar béisbol. Porque el punto fijo de atracción anterior está en sus mentes, que traiciona, en nuestro caso, sus propios intereses, por lo dicho del sistema caza-renta, en el que los ciudadanos pierden su poder económico y político. Por eso el nuevo sistema requiere tener mecanismos de información entre los beneficiados con el cambio, los ciudadanos, para que no se dejen engañar por la propaganda de los caza-renta, que estarán en lucha en todos los frentes, incluyendo el informacional de ideología básica democrática.

Por todo esto hemos argumentado que hay dos etapas fundamentales de la salida del sistema cazarenta e implantación de una nueva república democrática: la primera, de seis años, en que se establezca el sistema institucional liderado por una Junta de Transición, con el Fondo Petrolero en la nueva Constitución. Con cambio de toda la Asamblea Nacional. El Tribunal Supremo. El CNE y el resto de los poderes centrales. Con cambio de todos los gobernadores y alcaldes, y sus cuerpos legislativos y judiciales. Con cambio de toda la cúpula militar y policial. A todos los niveles. Por tanto, y hay que hablar claro aquí, la Junta de Transición va a gobernar, cuando sea necesario, por decreto. El principio básico de la transición dentro de los seis años es el de: “Tanta democracia como sea posible; tanto decreto como sea imprescindible”.

Luego de este período de transición de instauración de la república democrática, se abren las elecciones nacionales para presidencia, en que hay lucha partidista e ideológica normal en democracia. Pero ¿quiere decir que el Pacto Republicano se rompe? En absoluto, pues lo que ha ocurrido es el establecimiento del punto fijo (el centro atractor), la “estructura” de la nueva República. Hace falta que su cultura converja al punto fijo. Que los ciudadanos, incluyendo empresarios, sepan que quien va la administración pública, es a servir y a dar, no a recibir y enriquecerse. Eso lleva por lo menos unos treinta años. Por eso es que Pacto Republicano es una alianza en el tiempo, como pretendió ser el Pacto de Punto Fijo: debe permanecer activo, en la actividad política, para velar que se vayan cumpliendo las etapas de esa convergencia, no solo de lo político y lo institucional en los detalles, sino corrigiendo errores de gente que se puede corromper en el camino, como por ejemplo alcaldes y gobernadores, legisladores nacionales o regionales, militares y policías, jueces y otros funcionarios públicos.


5. Conclusión

Aún si María Corina Machado se compromete con el cambio técnico fundamental, un Fondo Petrolero tipo Noruega, debe comprometerse con otro: una alianza política de largo plazo con los honestos, y un Proceso Constituyente Originario que empodere los ciudadanos. Hasta ahora no ha dado señales de comprometerse con lo primero. Mucho menos con lo segundo, como veremos en el próximo capítulo. Al contrario: ha dado muestras de que sus alianzas políticas son con los políticos de siempre, como Superlano, con el caza-rentismo azul (las élites económicas de la cuarta república), con el negro (Joe Biden, en Estados Unidos) y hasta con el rojo, con el apoyo al “diálogo” en que está implicado Gerardo Blyde con el desgobierno de Maduro. ¿Es MCM todavía rescatable? Todavía lo es, pero debe dar un salto cuántico, que tiene que ver con una conversión a Dios, con todas las de la ley, como detallaremos en el próximo y último capítulo de este largo pero imprescindible documento. Como vemos, la revolución que planteamos aquí tiene que ver con lo espiritual. Dios quiere la democracia, no la cleptocracia. Y el Reino de Dios es lo que viene en camino.


Referencias


1. Capítulo 3:

https://www.movimientolibertadores.com/doc/MCM-capitulo-3.pdf


2. Propuesta del Pacto Republicano


https://www.movimientolibertadores.com/doc/GPSresumenv14.pdf


3. La solución técnica: Rentismo petrolero en Venezuela y su remedio (página 17)

http://clubmacro.unimet.edu.ve/wp-content/uploads/2018/01/MM-vol.3-n.-1.pdf


Consignas del ML

Empieza por hacer lo necesario. Luego haz lo posible y de pronto estarás logrando lo imposible. San Francisco de Asís

La verdad nos hará libres. Jesús de Nazaret

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